El alcalde de Bogotá Enrique Peñalosa rechazó los desmanes y hechos de violencia que se registraron el domingo durante la reapertura de la plaza de toros la Santamaría. Según dejó entrever el mandatario, el exalcaldeGustavo Petro sería uno de los responsables de exacerbar los ánimos de algunos de los más de 5.000 manifestantes que protestaron por el regreso de la fiesta brava a la ciudad.

De acuerdo con Peñalosa, aunque no comparte las corridas de toros, tuvo que dar cumplimiento a un fallo de la Corte Constitucional que ordenó la reapertura y adecuación de la Santamaría para espectáculos taurinos; sin embargo, Petro –quien asistió a la manifestación en compañía de su hija– lo acusó de entregar el recinto al vicepresidente Germán Vargas Lleras para ‘pagar favores políticos’. 

Tales declaraciones, según Peñalosa, son mentirosas y contribuyen a exacerbar los ánimos de la población: «Es lamentable que un exalcalde y ahora candidato presidencial como Gustavo Petro promueva la violencia para polarizar la situación de los toros y con mentiras impulsen que antitaurinos, aunque no la mayoría, agredan a personas únicamente para conseguir votos”, señaló el mandatario en declaraciones que recoge Blu Radio.

El alcalde de Bogotá, quien anticipó que se reforzarán las medidas de seguridad para garantizar el bienestar de los ciudadanos que asisten a la plaza, dijo que, aunque la mayoría de los antitaurinos protestaron de forma pacífica, unos pocos agredieron a varios de los asistentes al recinto.

“No vamos a permitir que nadie viole los derechos de los demás ciudadanos. Tuvimos un operativo muy grande, con más de 1.200 policías, pero lamentablemente una minoría usó la violencia (…) No vamos a permitir esa matonería. Aunque nosotros estamos en desacuerdo con las corridas, es una vergüenza que algunos inciten a la violencia y, de paso, digan toda clase de mentiras con relación a este tema», señaló.

Peñalosa recordó que el contrato de remodelación de la plaza fue firmado en la pasada administración y reveló que ya van seis capturados por los desmanes. El mandatario resaltó que el fiscal Néstor Humberto Martínez está comprometido en sancionar a las personas que generen este tipo de violencia en la ciudad.

«Vamos a apoyar todos los proyectos de ley que lleven a que no haya más corridas de toros, pero nosotros también cumplimos con las normas y debemos garantizar la seguridad de todos. No vamos a permitir esa matonería de algunas minorías agresivas», agregó el alcalde.

Se estima que en las afueras de la plaza más de 5.000 personas se congregaron para manifestar su rechazo al espectáculo taurino. Los manifestantes portaron pancartas con consignas como “Almas vivas, toros libres” o “¿Cómo divertirse con el dolor de un inocente?”.

A las afueras de la plaza, entretanto, los amantes de la fiesta taurina eran recibidos con chiflidos, insultos y arengas como señal de reproche y rechazo. Algunos, incluso, eran perseguidos por los manifestantes que, en su camino, les gritaban todo tipo de insultos.

La protesta ocasionó enfrentamientos entre los manifestantes y más de 1.200 policías que acordonaron el coso y que utilizaron gases lacrimógenos para dispersar a la multitud que gritaba «asesinos» a los aficionados que llegaron a la Santamaría.

La Corte Constitucional ordenó reabrir el escenario en septiembre de 2014y ratificó su decisión en febrero de 2015, al resolver un recurso interpuesto por Petro. El tribunal consideró que el cierre vulneraba «el derecho a la libertad de expresión artística».

Petro canceló unilateralmente el contrato de la Corporación Taurina de Bogotá (CTB) para administrar La Santamaría. Y a pesar de la orden judicial, no reabrió inmediatamente el coso al aducir que necesitaba obras de mantenimiento, las cuales fueron realizadas los últimos meses.

 

Fuente:  El Espectador