Una vez más, y ante los ojos del mundo, el régimen de Nicolás Maduro volvió a mentir. Mientras el mandatario afirmaba que “el default nunca llegará a Venezuela”, calificadoras de riesgo le rebajaban las notas crediticias tras un impago millonario de su deuda.

La calificadora Standard & Poors (S&P) volvió a calificar la deuda soberana del país suramericano en default, luego de que incumpliera con el pago de los intereses de dos bonos.

Aunque el Ejecutivo venezolano asegura que pagó a tiempo, el dinero no se ha hecho efectivo. Por su parte, los acreedores analizan si exigir los seguros pertinentes en casos de default.

S&P alega que las autoridades venezolanas no abonaron USD $200 millones de los cupones correspondientes de bonos globales emitidos con vencimiento en 2019 y 2024. El pago no fue hecho luego de haberse cumplido los 30 días del período de gracia. En consecuencia, situó en grado SD/D (selective default/default) la deuda soberana de Venezuela a largo y corto plazo en moneda extranjera.

“Hemos bajado dos calificaciones a ‘D’ (default) y bajamos la calificación de la deuda soberana en moneda extranjera a largo plazo a ‘SD’ (default parcial)”, indicó S&P en un comunicado.

En relación con el endeudamiento en moneda nacional de largo y corto plazo, S&P mantiene la calificación CCC/C, que es la nota anterior a suspensión de pagos.

La calificadora recordó que aún están pendiente de abonar los pagos de otros cuatro cupones dentro del período de gracia, correspondiente a un abono de USD $420 millones. Si Venezuela tampoco efectúa esos pagos, S&P también situará en default esas emisiones.

Entre tanto, en Nueva York, la Asociación Internacional de Swaps y Derivados (ISDA), que agrupa a tenedores de deuda, se reunió este lunes 13 de noviembre para determinar “si ha ocurrido un cese de pagos” de un bono de PDVSA, por un monto de USD $1.161 millones. La evaluación de ISDA podría desencadenar el pago de los seguros CDS (Credit Default Swaps).

Con reservas internacionales de solo USD $9.700 millones, Venezuela debe pagar en lo que resta del año al menos USD $1.470 millones y para 2018 tiene obligaciones por más de USD $8.000 millones.

Y es que Maduro ha decidido hipotecar a Venezuela y perder la independencia financiera del país, a un punto prácticamente irreversible. De acuerdo con Bloomberg, “Caracas y PDVSA deben devolver alrededor de US$ 13 mil millones para fines del próximo año, pero sus reservas internacionales de divisas se han hundido a menos de US$ 10 mil millones”.

Reunión inconclusa

La rebaja de la calificación por parte de S&P ocurrió horas después de una reunión entre el Gobierno de Nicolás Maduro y acreedores, en la cual el régimen dijo que se hablaría sobre una “reestructuración de la deuda”. La reunión estuvo encabezada por el vicepresidente de Venezuela, Tarek El Aissami. Sin embargo, el Gobierno no ofreció un plan concreto para renegociar la deuda.

La cita duró unos 25 minutos, y aunque el régimen la calificó como un “rotundo éxito”, los acreedores salieron decepcionados.

Según el Gobierno, acudieron a la cita inversionistas locales, de Estados Unidos, Panamá, Reino Unido, Chile, Portugal, Colombia, Argentina, Japón y Alemania; pero otras fuentes dijeron a la agencia de noticias AFP que varios extranjeros no asistieron pues Washington sancionó a El Aissami, prohibiendo a sus ciudadanos tratar con él.

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