Contrariando con sus declaraciones cualquier acusación de adicción al poder, el presidente Uribe humildemente ── ha reconocido una vez más en el programa de Semana conducido por Vicky Dávila que habrá un momento en que no esté por lo que es un asunto de suma importancia la preparación de las nuevas generaciones de liderazgo que asuman las banderas del partido. La preocupación por las necesidades y demandas sociales, el fortalecimiento de la confianza del capital inversor y la seguridad como valor de primer orden ─sus ya famosos tres huevitos─ son los pilares sobre los que se asienta el proyecto político de su partido.

El contradiscurso construido en el gobierno de Santos que ha manchado ostensiblemente su nombre le ha valido que una porción importante de las generaciones jóvenes no encuentre puntos de identificación con el proyecto, los ideales, los valores y el discurso del Centro Democrático. Lo que muchos no alcanzan a comprender es que fue gracias al gobierno del presidente Uribe que se logró debilitar lo suficientemente a la guerrilla como para ponerlos contra las cuerdas de la paz, y que si muchos colombianos pueden hoy movilizarse por las calles del país es gracias al fortalecimiento que su administración le imprimió a las fuerzas del orden.

La humildad con que el hoy senador reconoce que no es eterno contrasta con la fuerza de la perennidad de las ideas de la colectividad. Ideas que han venido trabajando cada vez mejor una sensibilidad y promoción social que no es nueva. El estado de bienestar que hoy viven millones de colombianos es el mismo que ha posibilitado que estos se movilicen para reclamar mejores condiciones. Programas de asistencia social como Familias en Acción le aseguraron a millones de familias vulnerables recursos necesarios para por le menos intentar suplir las necesidades básicas.

Las nuevas generaciones de liderazgo de centro del Centro Democrático necesitan venir en ayuda de los mejores ideales de la colectividad y mostrar aquello que la narrativa del gobierno Santos emborronó. Uribe cada vez de mejor manera se conecta con el discurso juvenil y con las demandas sociales, ha moderado su discurso, y manifiesta el  deseo de fortalecer la clase media. Millones de jóvenes conectados en red exigen una mayor calidad de vida, mejores empleos y condiciones laborales, una educación que responda a los retos contemporáneos y asegurar la posiciones que han alcanzado en la escala social.

Los liderazgos jóvenes del partido les aguarda una tarea primordial: presentar como componentes de una misma ecuación y no como factores desasociados  el bienestar social, el incentivo a la inversión que genera empleo y las condiciones de seguridad que aseguren tanto la confianza inversionista como la tranquilidad de una vida en paz para los colombianos. La paz que vivimos no puede tomar lugar sin fuentes de empleo, sin seguridad y sin calidad de vida.