Con un enfático “¡Sí!”, el día de ayer, en medio de una entrevista en vivo para CNN, la senadora demócrata Elizabeth Warren dijo que las elecciones presidenciales primarias -donde el partido determina quién será su candidato para la presidencia- estaban arregladas para que gane Hillary Clinton y pierda su rival Bernie Sanders.

El periodista le dijo que la ex presidenta del Comité Nacional Demócrata Donna Brazile dio su opinión sobre el proceso de nominación presidencial al celebrar un acuerdo para controlar las operaciones cotidianas en el DNC” que “entró en vigor en agosto de 2015”, meses antes de que Clinton ganara la nominación.

Warren respondió que es un “problema real”; “Pero lo que tenemos que hacer como demócratas ahora es que este partido sea responsable”.

Tapper, el periodista de CNN, luego preguntó: “¿Estás de acuerdo con la idea de que estaba amañado?”

Warren respondió con un enfático: “¡Sí!”.

Las declaraciones de la senadora demócrata para el estado de Massachusetts tienen trascendencia no solo por su rol actual, sino por sus aspiraciones futuras. Ya es considerada públicamente como posible contendiente presidencial en 2020 y más allá.

Esta mañana el presidente Trump denunció lo sucedido. Utilizó el apodo “Pocahontas”, a modo de burla, ya que la senadora Warren alegó ser de ascendencia indígena para acceder a la Universidad de Harvard por medio de los programas de cuotas asignadas a minorías (en este caso étnicas); conocido como acción afirmativa.

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