Las cosas por los lados del Partido de la U, el del presidente, no andan muy bien que digamos. En la colectividad, que cuenta con tres copresidentes, no se pusieron de acuerdo ni para armar la terna para nuevo gobernador de La Guajira, y al final, los que más oscuros intereses tienen en ese departamento terminaron pasando por encima de uno de esos copresidentes y saliéndose con la suya.
Los desleales con su partido y con el orden constitucional del país fueron el representante a la cámara guajiro, Alfredo Deluque y el senador y copresidente del partido de la U, Mauricio Lizcano. Quien se opone a dicha terna y además acusa de ilegal el accionar de sus colegas es el también copresidente del partido, Armando Benedetti.
El senador Benedetti considera que Weildler Guerra, gobernador encargado, antropólogo Wayuu, quien conoce como pocos las problemáticas de su región y quien además ha realizado en estos pocos meses un destacado trabajo combatiendo la corrupción en su departamento, es la persona ideal para seguir en ese cargo. Por su parte, y ante la ausencia de poder en esta importante zona del país, los congresistas Lizcano y Deluque requieren un cambio urgente y parecen dispuestos a todo, incluso a pasar por encima de la constitución, para recuperar el mando en La Guajira.
El presidente Santos, ante sus serios problemas de gobernabilidad y la baja popularidad en el país, se encuentra entre la espada y la pared, pues sabe que lo ideal para el departamento es que Weildler Guerra siga en el cargo, pero tiene la presión del ala más oscura y rancia de su partido para que todo cambie.
En cuestión de días sabremos quien ganó el pulso y si La Guajira ganó o perdió en este.
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