Otros tiempos: Elisa “Lilita” Carrió y Patricia Bullrich en el Congreso durante el kirchnerismo. (Twitter)

Durante los duros años del kirchnerismo fueron dos de las legisladoras más combativas. Cuando la hegemonía K pretendía llevarse todo puesto, ambas se plantaron en el Parlamento e hicieron lo que tenían que hacer en momentos de autoritarismo: resistir y dar testimonio. Incluso fueron aliadas en los momentos más duros, cuando “Lilita” cosechó tan solo el 1,82% de los votos en la presidencial de 2011. Pero las vueltas de la política les dio revancha. Elisa Carrió, en las últimas elecciones, barrió la Ciudad de Buenos Aires con 50% de sufragios a favor y Patricia Bullrich, que había conseguido renovar su banca de diputada, terminó al frente del difícil ministerio de Seguridad. Fueron socias, se distanciaron y se reencontraron alrededor del proyecto Mauricio Macri presidente. Pero no todo es un lecho de rosas entre las dos mujeres fuertes de Cambiemos.

Desde el riñón de “la piba” dicen que Lilita está celosa. Que no puede tolerar que Bullrich, que venía muy golpeada luego de los dos primeros años de ministra, haya remontado la situación para convertirse en la ministro con mejor imagen en la opinión pública. El caso de la muerte de Santiago Maldonado amenazó con llevarse puesta a la encargada de la cartera de Seguridad, luego de las denuncias de una supuesta “desaparición forzada” del kirchnerismo y la izquierda. Cuando apareció el cuerpo del joven, que se había ahogado en el río, la autopsia descartó todas las teorías conspirativas y Bullrich pasó de punto a banca. Aprovechó el envión y se diferenció fuerte en medio de un gobierno caracterizado por las indefiniciones. Respaldó a las fuerzas de seguridad en la lucha contra el crimen, a los oficiales que abatieron delincuentes, se animó a respaldar el derecho a armarse y sumó mucho apoyo, sobre todo en sectores de clase media baja. Hoy su nombre está en carpeta para acompañar a Macri en la fórmula presidencial de octubre.

Pero para Lilita la cosa no pasa por los celos: “Patricia se cree Bolsonaro“, acusó la diputada. “El problema de Patricia es que por ahí no puede parar. Se creer Bolsonaro. Y nosotros no somos Bolsonaro. No puede parar pero es buena persona y honesta”. Pero en vez de despegarse del presidente de Brasil, Bullrich no le esquiva a la analogía y dice que el país vecino está implementando incluso las cosas que ella propuso en Argentina.  “Si Carrió quisiera hacerme esos comentarios puede llamarme por teléfono o ir al ministerio y hablar conmigo”, lanzó Bullrich.

Por ahora las elecciones no las tienen como partícipes necesarias. De reelegir Macri, Bullrich podría seguir siendo ministra y a Carrió le quedan todavía dos años más como diputada. Pero el presidente puede llegar a necesitar de una, o incluso de las dos. Si bien todavía es incierto y falta mucho, pero si Cambiemos la necesita, Carrió podría aparecer en la boleta de Ciudad de Buenos Aires como postulante al Senado. Otra posibilidad también es que la ministra de Seguridad aparezca en la fórmula presidencial acompañando a Macri. De ser así, una vez más, ambas compartirían la boleta para los cargos nacionales. Cómo estarán las cosas entre ellas, eso es otra historia. Pero todavía falta mucho.



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