Este miércoles 1 de noviembre, Estados Unidos votó en la Asamblea General de la ONU en contra de la resolución para acabar con el embargo a Cuba.

La posición estadounidense del gobierno de Donald Trump, revierte la del año pasado, en el que el gobierno de Barack Obama se abstuvo de participar en la votación, siendo el primer gobierno en 25 años en hacerlo.

“La embajadora estadounidense ante la ONU, Nikki Haley, revertirá la abstención que se emitió el año pasado y votará en contra de la resolución”, anunció la portavoz del Departamento de Estado, Heather Nauert.

Según Nauert, la posición estadounidense en contra del embargo busca “subrayar el nuevo enfoque hacia Cuba” de Trump, que consiste en “dar un mayor énfasis al impulso de los derechos humanos y la democracia” en la isla al tiempo que se “mantienen aquellos aspectos de la relación que sirven a los intereses de EE.UU.”.

“Durante demasiado tiempo, Cuba ha cometido abusos de derechos humanos y quizá otras Administraciones (estadounidenses) pasadas han mirado a otro lado. Esta Administración sigue instando a Cuba a mejorar en temas de derechos humanos y abrirse para que haya un mejor acceso a los medios, y muchas cosas de las que disfrutamos aquí”, dijo la portavoz.

Asimismo, Nauert manifestó que “puede que otros países no quieran llamar la atención a naciones como Cuba por sus actividades (en lo relativo a los derechos humanos), pero nosotros sí”.

Es necesario recordar que esta votación que busca condenar el embargo comercial a Cuba es promovida por el Gobierno cubano desde el 1992; votación que la embajadora estadounidense ante Naciones Unidas, Nikki Haley, calificó este miércoles como un “teatro político” que busca “distraer al mundo de la destrucción que ha impuesto (el régimen cubano) a su propio pueblo”.

“Mientras el pueblo cubano siga privado de sus derechos humanos y libertades fundamentales, mientras los beneficios del comercio con Cuba apoyen al régimen dictatorial responsable de negar esos derechos, EE.UU. no tendrá miedo al aislamiento”, afirmó Haley.

“El régimen cubano está enviando al mundo el mensaje deformado de que el triste estado de su economía, la opresión de su gente y la exportación de su destructiva ideología no es su culpa”, resaltó.

La iniciativa, impulsada por el Gobierno cubano que lleva repitiéndose cada año desde hace más de dos décadas, por lo general recibe un respaldo abrumador de los países miembros; sin embargo no es novedad que el gobierno estadounidense vote “no” respecto a la “necesidad de poner fin al bloqueo económico, comercial y financiero”.

De acuerdo al Instituto Nacional de Investigaciones Económicas de la isla, desde abril del año pasado hasta junio de este año, el bloqueo ha generado perdidas económicas para Cuba de USD$ 4.305 millones, el doble de lo que requiere la economía nacional para su desarrollo, pero a pesar de estas millonarias perdidas el régimen cubano continúa violando los derechos humanos y la democracia en la isla.

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